Una espiritualidad mariana

Nuestro camino hacia la santidad es un camino mariano. Por lo tanto, el espíritu mariano marca todos los aspectos de nuestra vida – nuestra oración, nuestro trabajo, nuestra vida comunitaria. En una atmósfera marcadamente mariana, cada Hermana se esfuerza por establecer una profunda relación filial con María como nuestra Madre, Reina y Victoriosa.

La espiritualidad de Schoenstatt contiene tres elementos principales que dan vida y dirección a nuestro esfuerzo mariano por la santidad:

La Alianza de Amor

La Alianza de Amor de Schoenstatt es el fundamento de nuestra relación con María. Nuestra Alianza de Amor con la Santísima Virgen no es solamente un acto que realizamos en un momento determinado, sino una entrega que renovamos diariamente. Es lo que nos da fortaleza y las gracias para enfrentar los desafíos y las aventuras de la vida diaria.

Instrumentalidad

La mayoría de las veces, cuando Dios quiere llevar a cabo sus obras en el mundo y en las almas, no actúa directamente, sino que escoge instrumentos humanos para llevar a cabo dicha obra en su nombre.

“El mismo Señor nos dio la orden, ‘Te he puesto como luz de los paganos, y llevarás mi salvación hasta los extremos del mundo’”. (Hechos 13,47)

La espiritualidad instrumental de Schoenstatt es fruto de la Alianza de Amor con la Santísima Virgen. El poner nuestros corazones a su disposición significa dejarnos usar como sus instrumentos, significa estar listas y disponibles para los deseos de nuestra Reina. Ella necesita nuestras manos y corazones para llegar a muchas personas y dirigirlas, en Cristo, al Padre Celestial.

Santidad de la vida diaria

La santidad no es algo reservado para solo algunas personas, tampoco es algo abstracto y desconectado de la vida. Más bien, la Iglesia nos enseña que cada uno de nosotros está llamado a ser santo de acuerdo a nuestra misión personal y en las circunstancias en las que Dios nos coloca. El esforzarnos por esta santidad de la vida diaria significa hacer las cosas ordinarias extraordinariamente bien y con amor. María, en su unidad con la voluntad de Dios, es nuestro modelo y maestra de la santidad de la vida diaria.

La Alianza de Amor es un intercambio de corazones con la Santísima Virgen. Nosotras ponemos nuestros corazones – símbolo de toda nuestra personalidad – completamente a su disposición. Ella, a cambio, pone su corazón maternal – un corazón lleno de gracias – completamente a nuestra disposición. Como nuestra Madre y Educadora, Ella transforma nuestros corazones y los hace semejantes al suyo, ayudándonos a reflejar sus nobles rasgos femeninos a aquellos que nos rodean.

La Alianza de Amor con María fortalece y profundiza nuestra relación fundamental de alianza con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.