Nuestro origen
El Instituto Secular de las Hermanas de María de Schoenstatt fue fundado en 1926 en Schoenstatt, Alemania, por el Padre José Kentenich. Somos parte del Movimiento de Schoenstatt: Un movimiento mariano y apostólico de renovación en la Iglesia Católica Romana.
La fundación de Schoenstatt
Schoenstatt fue fundado doce años antes, en 1914. El discernimiento en la oración y la atención a los signos de la providencia de Dios, llevaron al Padre Kentenich y a un pequeño grupo de jóvenes del Seminario Menor de los Padres Palotinos en Schoenstatt, Alemania, a invitar a la Santísima Virgen a establecer su morada en una antigua capilla del terreno. Le pidieron que transformase ese lugar, aparentemente insignificante, en un lugar mariano de gracias, un lugar mariano de peregrinación, para la renovación moral y religiosa de Alemania y del mundo entero. A cambio, el Padre Kentenich y los jóvenes seminaristas prometieron luchar por alcanzar la santidad y aportar todos sus esfuerzos como «contribuciones al capital de gracias» para la obra de la Santísima Virgen, desde el Santuario.
El Padre Kentenich estaba convencido de que la Santísima Virgen aceptó esta invitación y, con ello, selló una Alianza de Amor mutua con él y los jóvenes. En los años siguientes, Schoenstatt se extendió a otros jóvenes fuera del seminario y eventualmete también a mujeres. Muchas personas comenzaron a sellar esta misma Alianza de Amor con la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt. Así, el Movimiento de Schoenstatt, que nació de la Alianza de Amor original, comenzó a crecer y a dar frutos.
El crecimiento de nuestra comunidad
Nuestra comunidad fue fundada al servicio del Movimiento de Schoenstatt. Nuestra forma de vida, nuestra estructura y los valores y objetivos de nuestro Instituto se desarrollaron gradualmente a partir de las inspiraciones que el Padre Kentenich descubrió en las almas de las Hermanas y de la comunidad, y que luego desarrolló creativamente. Muchas Hermanas ingresaron a la comunidad en esos primeros años. Crecimos rápidamente.
Ya en 1933, cuando el Nazismo llegó al poder en Alemania y la situación política se volvió peligrosa, el Padre Kentenich envió Hermanas a Sudamérica y Sudáfrica. Fue en Uruguay, donde nuestras Hermanas construyeron la primera réplica del Santuario Original de Alemania. En los años siguientes, la Santísima Virgen se encargó de que pudiéramos extendernos por todo el mundo. Las primeras Hermanas llegaron a los Estados Unidos en 1949.
