Vida en comunidad

En nuestro esfuerzo por reflejar a la Santísima Virgen, la gracia nos transforma en una familia de pequeñas Marías. Para el Padre Kentenich, el ideal de la “nueva comunidad” es una comunidad de personas que viven en, con y por la otra – no una al lado de la otra. Como Hermanas, nos esforzamos por encarnar este ideal.

Vivir una en la otra

Vivir una en la otra significa

interesarse una por la otra y ofrecernos mutuamente un hogar en nuestros corazones

Vivir una con la otra

Vivir una con la otra significa

esforzarse juntas por alcanzar nuestras metas comunes, nuestras tareas comunes, nuestra misión común

Vivir una por la otra

Vivir una por la otra significa

dar apoyo mutuo, enaltecerse una a la otra y hacer sacrificios una por la otra

La originalidad de cada una contribuye a la imagen de María que queremos reflejar a nuestro mundo. Dondequiera que vamos, cualquiera que sea nuestro trabajo – ya sea que vivamos en comunidad o solas como externas – nosotras fomentamos un sentido de pertenencia a una familia.

La convivencia en comunidad es un valioso apoyo y protección para nuestra vocación. Es una fuente de enriquecimiento mutuo y de formación de la personalidad, tal como se encuentra en una familia natural. Las Hermanas que trabajan y viven solas, debido a su profesión, pertenecen a la comunidad de una de nuestras casas y tratan de comunicarse con las demás Hermanas regularmente. Cada Hermana, sin importar donde resida, vive el mismo estilo de vida.

En nuestras casas tenemos tiempos de oración en común, comidas en comunidad, tiempos de recreación y tiempos de discusiones grupales. Nuestro trabajo con proyectos comunes y nuestros campos de apostolado también nos unen más profundamente.