12 de Diciembre: Día de la Virgen de Guadalupe

Hermana M. Citlali

Un lugar en Cada Corazón

¡Santa María de Guadalupe, salva a nuestra patria y conserva nuestra fe!

¡Con esta pequeña jaculatoria clama el pueblo mexicano a su Reina “La Morenita del Tepeyac! Y es que, en cada casa, pero sobre todo en cada corazón hay un lugar para Ella.

El evento Guadalupano que data del año 1531 es el sello y estandarte de cada mexicano. Santa María de Guadalupe, Madre del verdadero Dios por quién se vive, se le apareció al indio Juan Diego a quién le da la misión de ir con el obispo y revelarle su deseo:

“…Mucho quiero, mucho deseo que aquí me levanten mi casita sagrada…”

Nican mopohua

La Santísima Virgen pide se le construya una casita sagrada, en el cerro del Tepeyac, pues desde ahí quiere acoger a todos sus hijos, no importa la raza, el color la nación, ella simplemente es Madre para todos.

“Ella es nuestra identidad, nuestra identidad como mexicanos, ella es nuestra Madre”

Con esas palabras Yadira Oseguera nos comparte su experiencia personal y al mismo tiempo su experiencia laboral trabajando en una empresa donde los empleados solicitaron una imagen de la Morenita, para que esta los bendijera y tuviera su mirada maternal siempre puesta en cada trabajador.

“Eso les da seguridad, el cobijamiento en tiempos de crisis” Continuó Yadira.

Madre y Reina de México

Estas palabras me hicieron recordar que cuando era niña con tan solo 7 u 8 años despertó en mí la conciencia de que la Virgen de Guadalupe es realmente la Madre de todos los mexicanos. De camino a la escuela siempre pasaba con mis papás por una hermosa iglesia de estilo colonial llamada Santo Domingo. Un día que regresaba a casa mi papá fue por mi a la escuela y como de costumbre pasamos a la Iglesia, mi papá siempre se persignaba frente a la imagen de la Virgen de Guadalupe que se encontraba ahí. Mi curiosidad infantil no se hizo esperar y le pregunte a mi papá: “Papi, ¿Porque hay una imagen de la Virgen de Guadalupe en todas las Iglesias? A lo que él respondió: Porque ella es nuestra Madre y Reina de México.” En mi inocencia infantil esas palabras se grabaron en mi corazón y cada vez que entraba a una iglesia, buscaba siempre la imagen de nuestra Señora que encontraba inmediatamente.

“Ella es nuestra Madre y Reina de México” y es por eso que sus hijos le demostramos nuestro amor de todas las formas posibles. El 12 de diciembre es una fecha entrañable que en México se celebra a lo grande.

Artistas, políticos, ricos, sencillos, humildes todos acuden a la basílica de Guadalupe en la ciudad de México para honrar a la “Morenita” Quienes no pueden acudir hasta la “casita sagrada” Festejan de mil maneras en sus parroquias y en sus casas.

El suave y fresco aroma de las rosas en pleno invierno nos hace recordar el hermoso milagro Guadalupano. Las iglesias en todo México son adornadas bellamente, una bandera de nuestra Patria envuelve por lo regular el cuadro de la Morenita.

Danzantes llegan hasta la basílica, hombres llenos de fe y cálido amor a su Madre Celestial, entran de rodillas hasta la basílica como expresión de una petición o muestra de gratitud por algún milagro recibido.

Tradiciones Especiales

En el sur de México en Chiapas hay dos hermosas costumbres para este día, la primera es la conocida “antorcha Guadalupana” las cuales son peregrinaciones de familias o conocidos que se reúnen para ir a la basílica de Guadalupe, pero a pie, corriendo con una antorcha en la mano, pues llegando a la basílica presentarán este fuego a la Morenita, como símbolo de su ardiente amor filial. Cuando los corredores llegan a su destino, tienen la misión de llevar el fuego Guadalupano de regreso a su lugar de origen, en San Cristóbal de las Casas, ellos llevan de regreso el fuego al cerro de Guadalupe, la iglesia dedicada a nuestra Señora.

Al preguntarle a Guadalupe Elizabet Burguete, una fiel devota de la Virgen, que acostumbraba hacer el recorrido de la “Antorcha Guadalupana” con su familia, ¿Qué la motivaba a participar en esta hermosa tradición? Respondió:

“De entrada la emoción de saber que íbamos en familia y el recorrido era emocionante, porque la fe ayuda a terminar el recorrido por más cansancio que se sienta. A veces íbamos a lugares lejanos o luego las promesas de correr descalzos …nomás ya no nos daban los pies, pero pensar en la motivación que era la Virgen de Guadalupe y sus bendiciones era muy bonito en verdad.”

Pies descalzos, cansancio, emoción, nos hacen darnos cuenta que el amar, lo puede todo, el amor a Santa María de Guadalupe, es la fuerza, el motor que impulsa a cada hijo de esta amorosa y misericordiosa Madre.

Con este mismo amor y entrega llegamos a la segunda tradición. Que es la de subir a los niños de entre 1 y 6 años vestidos de inditos por tres años seguidos al cerro de Guadalupe la Iglesia en San Cristóbal dedicada a la Virgen, para pedir la especial protección de la Virgen, recordando que ella ama a los sencillos de corazón y que se apareció a nuestro pueblo mestizo y no a los ricos.

Otra de las hermosas y piadosas tradiciones que preceden está fiesta, son los famosos 46 rosarios en honor a nuestra Señora, los cuales se comenzarán a rezar en las iglesias o en las familias devotas del 28 de octubre al 12 de diciembre, en preparación a esta hermosa fiesta. Los 46 rosarios representan las 46 estrellas en el manto de la Virgen. Esta tradición data de hace más de 100 años y comenzó por iniciativa de Monseñor Antonio Plancarte y Labastida, quien era abad del templo del Tepeyac en el siglo XIX.

Las Mañanitas

El 11 de diciembre a las 12:00 am se despierta a la Virgen, con las tradicionales mañanitas, en la ciudad de México, reconocidos cantantes se sienten honrados al ser convocados y poderle cantar a la Morenita, las televisoras transmiten este bello momento, para que quienes no pueden estar ahí físicamente, puedan al menos cantarle a la Morenita, desde sus hogares. Estas tradicionales mañanitas encuentran eco en las parroquias en todo México.

Y al son del tradicional canto Guadalupano, se deja resonar en el corazón las cálidas palabras que describen el milagro Guadalupano.

“Desde el cielo una hermosa mañana, desde el cielo una hermosa mañana

La Guadalupana, la Guadalupana, la Guadalupana bajo al Tepeyac (bis).

Suplicante juntaba sus manos, suplicante juntaba sus manos. Y eran mexicanos, y eran mexicanos, y eran mexicanos su porte y su faz (bis).

Su llegada llenó de alegría, su llegada llenó de alegría de luz y armonía, de luz y armonía, de luz y armonía todo el Anáhuac (bis).

Junto al monte pasaba Juan Diego, junto al monte pasaba Juan Diego, Y acercose luego, y acercose luego, y acercose luego al oír cantar (bis).

Juan Dieguito la Virgen le dijo, Juan Dieguito la Virgen le dijo,

este cerro elijo, este cerro elijo, este cerro elijo para hacer mi altar (bis).

Y en la tilma entre rosas pintadas, y en la tilma, entre rosas pintadas,

Su imagen amada, su imagen amada, su imagen amada se dignó dejar (bis).

Desde entonces para el mexicano, desde entonces par el mexicano ser Guadalupano, ser Guadalupano, ser Guadalupano es algo esencial (bis).”

Su Imagen Amada, Sellada en Nuestros Corazones

Como podemos darnos cuenta este canto, refleja el alma, el sentir de los mexicanos, pues cuando cantamos: “Y en la tilma entre rosas pintadas, … su imagen amada se dignó dejar” en realidad estamos diciendo que la tilma entonces era un trozo de tela, pero ahora es el corazón de cada mexicano, en el cual Ella, Santa María de Guadalupe vive y es amada. Porque desde que ella dejo su imagen amada en nuestra tierra, el ser Guadalupano es esencial, es la identidad de México, de los mexicanos.

¡Que viva Santa María de Guadalupe, Reina de México y emperatriz de América!